Sobre
su posición política, él mismo comentó que no le gustaba "la unanimidad
sacerdotal, clerical, de los comunistas. Siempre he sido de izquierda y
no me iba a hacer de derechas porque no me gustaban los clérigos
comunistas, entonces me hice trotskista. Lo que pasa que luego, cuando
estuve entre los trotskistas, tampoco me gustaba la unanimidad clerical
de los trotskistas, y terminé siendo anarquista [...]. Ya en España
encontré muchos anarquistas y empecé a dejar de ser anarquista. La
unanimidad me jode muchísimo".
Bolaño y yo nos parecemos en eso de la unanimidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario