domingo, 7 de julio de 2013

Daniel Barredo

Una cigarra ha venido a agonizar a mi balcón. Os lo juro: le daría un reino, un baúl lleno de monedas de plata, un carruaje de lechugas frescas, pero sólo le puedo dar mi cariño mientras muere lentamente. Ha llegado el invierno. Con el sol se van los seres del verano. ¡Cuánto dolor hay en todas partes...! 

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